Carlos David Carrasco Muro es un hombre de 25 años graduado de la Universidad católica Andrés Bellos (UCAB) de la carrera de Comunicación Social, mención Periodismo en el año 2016. Actualmente trabaja como Coordinador de Networking y Comunicaciones en el Observatorio del Gasto Fiscal de Chile, es director una asociación civil llamada Caricuao Propone, es miembro de a Red Latinoamérica de Gobernabilidad de la CAF, y la Red de Planificación para el Desarrollo en América Latina y el Caribe de la CEPAL. Anteriormente, se desempeñaba como profesor de la UCAB de las cátedras de Producción de Contenidos para Medios I e Identidad, Liderazgo y Compromiso.
Quiero aprovechar esta experiencia en Chile, para llevar nuevas herramientas y aplicarlas a mi trabajo en Venezuela.
Ingresar a la UCAB fue una decisión apoyada por su familia, puesto que realmente la primera opción de Carlos era poder estudiar en la UCV. Sin embargo, el día que conoció el campus de la universidad lo describe como “amor a primera vista”.
Los jardines, los pasillos, los edificios e inclusive la feria tenían una suerte de atracción. Ese aire universitario al que muchos nos volvemos adictos, sobre todo en un país con un espacio público que no te permite ser libre.
Carlos también comenta que siempre quiso ser periodista. Desde siempre sintió una profunda admiración por los reporteros que veía en la televisión y ese amor continúa hasta hoy.
Durante sus estudios, Carlos participó en el voluntariado Proyecto Social Estudiantil; en el Centro de Estudiantes de Comunicación Social (CECOSO); en el Movimiento Estudiantil; en el el Modelo de la Organización Internacional del Trabajo (MOIT), aconsejado por su amigo Pedro Barreto; fue consejero de su Escuela, de lo cual se enteró gracias a su amigo Guillermo Ramos Flamerich quien lo llamó cuando dieron los resultados; fue Consejero Universitario junto a Djamil Jassir y Carlos Vargas, época en la que asistió a la Cumbre de las Américas de Panamá y representó a la UCAB en la Open Society Foundation en Turquía, en donde lo ayudaron las profesoras Lizbeth Sánchez Meneses y Anitza Freitez; participó en la cátedra de honor gracias al consejo del profesor Sergio Groppo; y participó en programas del Departamento de Identidad y Misión, promocionados por el padre Danny Socorro S.J como Pazando.
Este ucabista ejemplar contó apoyo económico durante sus estudios. Durante sus primeros dos semestres recibió un financiamiento de 25% y durante su tercer semestre ingresó como beca-trabajo en el departamento de Archivo General de Secretaría General, en donde trabajó por dos años y medio. Comenta que esta experiencia le permitió sentirse por completo ucabista, en donde contó con la dirección de Karyn Ramos, Yosmar Ferrer y Starlys Manrique.
En mis semestres finales, el panorama económico, ya se volvió mucho más duro. La carrera exigía más tiempo y ya no podía continuar como beca-trabajo, también por asuntos personales. Por suerte y gracias a Dios, nuevamente la universidad me respondió con los brazos abiertos, a través de un apoyo económico. Para mí fue como un voto de confianza. Siempre estaré agradecido por eso. Parte de mi motivación por ser profesor universitario viene de este apoyo. Siento la necesidad de retribuir a la institución de todas las formas posibles.
Con respecto al fondo de becas, Carlos afirma que es necesario seguir aportando a la universidad y a los estudiantes.
Para construir país, hay que formarlo. Cada día, eso se vuelve más difícil en un ambiente de incertidumbre y persecución. No obstante, ahí continúa un equipo de de docentes, personal administrativo y obrero, dando la cara frente al miedo y la desesperanza. No buscan ser héroes, buscar ser buenos ciudadanos y multiplicarlos. Esto es un profundo acto de rebeldía en tiempo oscuros. No todos estamos hechos para eso ¿Qué podemos hacer los demás?
Creo que la respuesta es un acto de solidaridad hacia quienes mantienen la universidad venezolana en pie.
Inyectemos capital y energía para que estos ciudadanos, que en ningún momento quisieron ser héroes, continúen su épica a favor de la juventud que sigue soñando ¿Cuál será el resultado? Quizás, nunca lo sabremos con certeza. Pero, algo me dice que donar hoy a la UCAB es invertir en el futuro, uno distinto al presente con la promesa de buenos tiempos y bienestar para todos.
Donar es no perder la esperanza, es no rendirse, es elegir qué acción quieres tomar frente a la situación del país, así no sepas todas las consecuencias. Por eso, quizás donar, también es sorprenderse. ¡Hay que atreverse!
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