José Javier Salas es el director de la Escuela de Educación de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). Egresó de esta universidad como Licenciado en Educación mención Física y Matemáticas en el año 1999 y desde el año 2000 es profesor de dicha institución en las áreas de matemática e informática educativa.

José vivió toda su infancia en la parroquia La Vega. Realizó sus estudios en el liceo Aplicación y se encargó de colaborar con su comunidad a través del grupo de trabajo comunitario Utopía, organización que, desde su fundación en los años ochenta, se encarga de organizar actividades educativas para ayudar a los niños de la localidad, tales como las Olimpiadas de Matemáticas y Castellano; y los liceos de vacaciones.

En esta última actividad, la comunidad se organiza para gestionar su propio talento creando un espacio de formación y preparación educativa durante el periodo vacacional; indispensable en la época para superar los exámenes de recuperación o reparación que debían presentar los estudiantes de bachillerato en el mes de septiembre.

José comenta que existía una norma que le exigía al profesor del liceo de Vacaciones ser de la parroquia La Vega. Ciertamente algunas personas que venían de afuera y querían ayudar no podían, pero la norma se realizó porque la organización defendía que la solución de los problemas de La Vega debía provenir de la misma comunidad.

Entonces, me tocaba subir con mi grupo a tocar puertas para preguntar en dónde habían buenos estudiantes, y una vez que los conseguíamos había que convencerlos  que dar clases gratis era bueno. Así, poco a poco, lográbamos conseguir a muchos chamos que nos ayudaban con las clases y las actividades.

Comenta que la educación que impartían realmente era muy barata, incluso, en algunos casos, gratuita. Lo hacían por ayudar a la comunidad.

¿Qué cobrábamos por educación? Pues una entrada de cine. Nosotros decíamos que todo esto del liceo de vacaciones era una cosa de película, así que cobrábamos una entrada de cine para aquellos que querían venir a estudiar. Bueno, aunque si los niños no tenían para pagarla, igual los dejábamos entrar para que vieran sus clases y aprendieran con nosotros.

El liceo de Vacaciones, luego de la eliminación de las reparaciones, perdió muchos alumnos y se convirtió en una institución de adelantamiento para que los estudiantes se prepararan para el año siguiente.  Hoy en día, a los 38 años del grupo Utopía, las actividades aún se mantienen.

Se encontró con la UCAB debido a que el Servicio Comunitario que realizaba la universidad tenía un gran vínculo con el grupo Utopía. En esa época, el padre Jean Pierre Wyssenbach llevaba a los estudiantes de psicología a La Vega para colaborar con esta agrupación en las actividades con los niños.

Los estudiantes de Psicología nunca habían visto un barrio, y sin embargo nosotros llegábamos a la parte más alta y más dura de la parroquia donde nadie estudiaba. Sabíamos que ahí no íbamos a conseguir profesores, pero lo hacíamos para mostrarle a un grupo bien posicionado económicamente lo dura que era la realidad de algunos lugares de Venezuela.

Así, José se enamoró de la UCAB y de las iniciativas que tiene la universidad para ayudar a las comunidades aledañas.

No sé si por la inocencia de la edad o de la época, yo nunca pensé en cómo la iba a pagar, pero me motivé con el apoyo de la universidad con la comunidad.

A José se le hacía difícil costearse los estudios, por lo que solicitó apoyo económico. De esta forma, obtuvo una pensión proporcional del 85% de la matrícula.

Yo solo pagaba el 15% de la matrícula, y ese dinero me lo ganaba trabajando en las calles. En la mañana me encargaba de hacer encuestas vendiendo resorts. De esa manera, yo pagué mi primer año de la carrera, que eran seiscientos bolívares mensuales.

Posteriormente, y gracias a su rendimiento académico, José fue nombrado preparador de un curso de Matemáticas en Educación Preescolar, lo que lo ayudó a estabilizarse económicamente.

En el año 1999 se graduó de su carrera, pero como quería continuar estudiando, comenzó una Maestría en Matemáticas en el año 2000 en la Universidad Simón Bolívar (USB), y luego en el año 2007 realizó el Doctorado en Ciencias  mención Matemáticas Computacionales.

Pensaba que había que formarse y ser ejemplo para los chamos que estaban comenzando.

Sin embargo, ya desde el año 2000 era profesor de Informática Educativa en la UCAB a medio tiempo. En el año 2004 entró como asistente de la Coordinación de Física y Matemática. Hoy en día se encarga de la dirección de la Escuela de Educación y es uno de los que está a la cabeza del programa de becas Educa 20/20.

Acerca de esta iniciativa, José afirma que se está logrando fomentar el estudio de la carrera de Educación en los jóvenes, y denuncia que el desinterés de esta carrera no se debe solo al aspecto económico, sino al colapso del modelo tradicional.

Los estudiantes de bachillerato ven a los profesores y no quieren convertirse en profesionales que repliquen el mismo modelo, el cual se desliga muchísimo de la tecnología actual. Nosotros nos hemos propuesto a desmontar eso, pues con la reforma digital que tenemos en el pénsum queremos involucrar al estudiante de Educación con las tecnologías actuales.

Asegura que, a pesar de que en otras instituciones la carrera de Educación se imparte de forma gratuita, los jóvenes siguen prefiriendo a la UCAB.

La oferta académica en otras instituciones no es lo suficiente atractiva para que las personas se inscriban. Con el programa Educa 20/20 hicimos que la carrera sea prácticamente gratuita y los estudiantes sí vienen. Hay un cambio importante, pues los estudiantes hacen un gran esfuerzo en formarse en esta universidad.

Asegura que la única forma de salir adelante y de ayudar al país es a través de la educación, pues hoy más que nunca hay que formar a nuevos profesionales para el futuro.

Acerca de las donaciones, José tiene fe en que se podrá recaudar dinero suficiente para llevar a cabo el programa, pues cree que este proyecto es prometedor y traerá frutos en los años venideros.

Existe un grupo de becarios de más de 130 estudiantes que se están formando gracias al empeño de la Compañía de Jesús y al compromiso de uno de sus principales aliados. Ese grupo de estudiantes que sueña con convertirse en profesores y que no busca irse del país porque piensa que la educación es la vía para la  reconstrucción nacional, necesita todo nuestro apoyo.

Donar a la educación en Venezuela es increíblemente barato, pues un semestre en una universidad de otro país podría costar incluso diez mil dólares. Con esa cantidad de dinero en la UCAB podríamos becar al menos a cinco estudiantes durante los cuatro años que dura su carrera.

Con tantos venezolanos afuera que quieren ayudar a su país de una forma decidida, la respuesta es, en definitiva, apostar por la educación de Venezuela. Los jesuitas, los más de 100 excelentísimos profesores de la Escuela de Educación y la Universidad Católica Andrés Bello en su conjunto apostamos por ello.

 

Andrea Saldeño